lunes, 6 de agosto de 2007

Paella de lobo

Una de las actividades de riesgo que más me gusta practicar es comer mariscos.
Y es de riesgo porque soy alérgico a muchos de estos bichitos y en cuanto comienzo a comerlos siento un fuerte picazón en la garganta.
Al principio pensé que era sólo cosa entre los mejillones y yo, pero con el tiempo el calamar, el señor langostino y otros muchachos de la franja paellera se unieron para alergizarme.
Pero ir al cumple de mi amigo Alvaro, y no someterse a su tradicional cazuela de mariscos de cumpleaños es algo que no puedo negar.
La cazuela estuvo increíble e ella estaba el mismismo calamar gigante que ataco al Nautilus, el pulpo negro y muchos otros bichos de novela.
La garganta se puso fatal pero nada que el vino no aliviara.

En fin el próximo año Alvaro volverá a cumplir años y yo volveré a someterme a mi alergía.

Mr. Wolf con pilot 0.5

5 comentarios:

Agustin Acevedo Kanopa dijo...

Mr. Wolf, le advierto que está hablando con uno de los mayores fanáticos de los frutos del mar, alguien que supo no dejar animalito con cabeza en varias de sus incursiones a Mexico y demás países del caribe. Mi mejores recuerdos culinarios son comer una deliciosa langosta (de esas grandes que aparecen en películas) y darle a las almejas, chipirones, langostinos y pulpos en la bandeja oceanica de Baserris (un restaurant vazco que queda en el parque rodo)

No se si fue premeditado o no, pero hizo un interesante juego de palabras en el cierre de su blog (alergía)

Gege dijo...

Mr.Kanopa, sinceramente le envidio su idilio de gourmet con la Langosta.
Le confiezo que está ha sido siempre mi objeto de deseo alimenticio más profundo, dado disponibilidad y carestia de la misma en nuestro pequeño país, aún no la eh degustado pero sé que en un futuro está será mía.
En chile lleve mi alergía a los extremos más insostenibles y aún así sobrevivi a la marisqueria.

tan versátil como acústica dijo...

con pulpo y vino juntos si algo te "abrazo la garganta" no fue el alcohol.

El gaucho insufrible dijo...

Sr. Wolf apunte bien alto y digale no a la langosta, toque el cielo probando el oscuro "bogavante" el rey de la familia de las langostas, aunque para probarlo habrá que donar algún riñón, dedicarse a la prostitucion o hacer un pacto con el diablo.
...
un truco de mi viejo que era vasco y adicto a los langostinos era acompañarlos con galletas saladas y con una salsita de mayonesa + salsa perrins, el complemento ideal.

Gege dijo...

"Bogavante" suena extaciante para un marisco...
Ya se me hace agua la boca.. pero me imagino las limitaciones del costo, en fin...esos sueños son los que me mantienten en pro del capital.
Ya dejaremos de ser pobres para y por ese señor.. A mi me gustaria comerme un BOGARTVANTE, seria una langosta con gabardina y la expresión melancolica de Humprey..
Que plato! veré si lo dibujo algún día!